
Era Peru Arloteagabeitia el clasico tipo
de aldeano vascongado : ingenuo , zumbon ,
un tanto receloso y , sobre todo, amigo de la
buena mesa.
En el momento en que le conocemos se
halla afanoso preparando su indumentaria
dominguera que ha extraido de las empolvadas
arcas de su caserio , pues ha de realizar un tran-
cendental viaje, cual es el de desplazarse a
Bilbao, ciudad de ensueño para todos los labra-
dores de la comarca vizcaina, y en el caso que
nos ocupa, con la particularidad de que para el
buen Arlote ( abreviatura de su apellido y como
asi le denominaban sus convecinos ) era el pri-
mero que efectuaba a la capital sietecallera.
Su madre, repetidas veces le habia oido lamen-
tarse diciendo:
--Ama , no se cuando me vas a dejar irme hasta
Bilbao,,,,Iñasio el de Echesuelo, Juan Crus Erleches
y algunos otros mas te suelen ir a menudo al feria
de Basurto y caendo la baba suelgo estar con lo que
cuentan, porque cosas bonitas que se disen...Yo,
el serdo ya daria a gusto pues , pa ir a ver esos esca-
parates tan errelusientes y esos calles tan limpios,
tan grandes y tan anchos que por alli hay...
Y su madre, complaciente como todas las madres,
le prometio que , si " gobernaba pronto el ganao"
y traia unos cuantos " sestos de nabos y hierba fresco
pa los vacas" , que ya podia ir , pero " con mucho
cuidiao, porque los caballeros bilbainos errer se hasen
en seguida de los pobres aldianos"
Y aquella mañana de un dominto del mes de mayo,
cuando todo el campo sonreia a la dulce Primavera,
engalanada con sus mejores esplendores de color y
luz cruzo nuestro Arlote las bien cuidadas huertas
aladeñas entre un continuo gorjeo de pajaros y pisando
una alfombra de olorosas flores...
Iba atildado y correcto, bien calada sus airosa boina,
vestido con la blusa nueva de los dias de fiesta y
calzado con unas magnificas botas de agua, " resien
compradas en Protualete ande la Bora de Oro" .
Cuando llego a la estacionde Las Arenas , el tren se
hallaba ya a punto de salir, por lo que el buen hombre
hubo de meterse de preisa en el primer coche que
hallo a manos y que resulto ser de primera : arranco
segundos despues el convoy entre un incesante trepidar
camino del " bocho".
Permanecion unos instantes Peru, de pie , indeciso,
en el interior del coche hasta que , por fin, decidio
sentarse, haciendolo enfrente de dos señoras que elgan-
temente ataviadas suspendieron unos instantes, su con-
versacion para contemplar, curiosas, a aquel aldeano
que de manera tan inopinada, habia irrumpido en su
departamento.
A poco reanudaron su charla y el buen Arlote las
escuchaba embobado mientras dirigia, de hito a hito,
miradas de admiracion a aquellos estupendos sobre-
ros en los que en un principio creyo llevaban alguna
gallina ( tan emplumados iban)
--Ay , chica -- se dicia una a otra--. Como acabo de
decirte , esa Robustiana que tenemos de muchacha,
es lo mas imbecil que me he echado a la cara. Dice
cada ordinairez que espanta a cualquiera.
--Si , ? eh? - contestaba la otra, dandose tono--
Pues veras. Una de las cinco que yo tengo es la idiotez
personificada. El otro dia se e cayo un espejito de mano
mientras me hacia la " toilette" y se me hizo mil pedazos,
y anguastiada la dije:
--Oye , Mamerta: ?Me sucedera alguna desgracia "
Porque se suele decir que es de mal aguero el que a una
se le rompa un espejo
Y la pancha de ella me responde tan fresca:
- No se apure la señorita por eso. Yo acabo de
romper el espejo grande que esta en la habitacion del
señor y ...! estoy tan tranquila!...
Callaron breves momentos, y a poco, una de ellas,
se inclino levemente sobre la otra y le dijo"
--Oye, llevas un perfume embriagador. Sera carito,
?eh?,
--Si, cuesta un Potosi.Ha pagado mi esposo por cada
frasquito ochetnta pesetas...Ya sabes, de " estraperlo".
Pero observo que tu tambien llevas un aroma delicioso.
--Si, chica,. A mi marido le ha costado cien pesetas.
Ya sabes, estraperlo....Es Tabu, de lo que no hay ahora...
En esto , el buen Arlore, que ha estado siguiendo con
verdadero interes el dialogo aquel tan insulso, deja
tambien escapar a su vez un olorcito que no es de rosas
precisamente, y cuando ambas se llevan con toda pre-
cipitacion los dedos a las narices, todo escandalizadas,
al propio tiempo que dirigen miradas furibunda a su
compañero de viaje, este le espeta con su sonriza socarrona:
--Esto tamen ,,,carito te es, ? eh ? Estraperlo,,
Alubia de dies sincuenta . ! De lo que no te hay agora!
Por fin , llegan a Bilbao luego de atravesar varios
tunerle , con el consiguiente susto por parte de nuestro
aldeano, pues cree que de repense " se ha puesto noche"
contunuara