
foto Manuel Montoya
Madrid 2 nov 1880
Madrid 20 junio 1949
JUERGA EN EL CIELO
Manuel Benitez
Carrasco
Cuando don Ramon Montoya
se fue , porque lo llamaron
para una fiesta en la gloria,
temblaron , tristes y solas,
sin que nadie las tocara
las guitarras españolas;
por los tablaos derramaron
lagrimas como lunares
todas las batas de cola,
y muertecitos de pena
se quedaron las gargantas,
y los cantes y las penas.
Antes de que don Ramon
llegara para al fiesta,
y no habiendo alli guitarras
porque tampoco habia juergas,
Dios le dijo a San Jose
( a San Jose , que es un santo
que sabe bien de maderas):
- Jose: hazme una guitarra,
una guitarra flamenca
con el mejor palo santo
y celestial que tengas.
Y orgulloso del encargo,
San Jose
San Jose hizo una guitarra
que pa que...
Los santos , cuando la vieron,
se quedaron pasmaitos;
mas de cuatro
perdieron hasta el sentio;
y Dios no pudo por menos
que decirle a San Jose
con un aire bien flemnco:
- Ole las manos que hicieron
esa guitarra de España
para mas gloria del cielo.
Don Ramon tomo en sus manos
la guitarra; por la gloria
el silencio se afinaba
contra el filo de las rosas.
Tempo las cuerdas; las cuerdas
sonaron con son de luna,
pero de lua española,
y don Ramon , empezo
su leccion magica y honda:
Sevilla rie en la prima,
fina, ligera y garbosa
y Cordoba en el bordon
lloraba una pena mora.
Darros y Guadalquivires
se enredaban en las notas
y todo el aire andaluz
iba, en manos de Montoya,
corriendo Sierras Morenas,
cruzando tajos de Ronda.
El silencio se rompio
con un !ole! , que hizo historia,
y el cielo se hizo colmao
por el embrujo embrujao
de los duedes de Montoya.
San Cristobalon,
las manos como palmeras,
empezo a hacer unas palmas
que se venia el cielo a tierra.
- Sordas , sordas
( le decia don Ramon);
que esto no es una tormenta,
San Cristobalon.
Y Santa Teresa 1 vaya...
vaya monja!
Que doctora tan sencilla
que misitca tan graciosa,
que santa de ancha es Castilla,
que gloria tan española,
y que española tan guapa,
tan guapa y requetehermosa,
! lo que se dice una monja
flamencona!
Si loca de gracia estaba
ahora se volvio mas loc
oyendo como reian
y gemian
los duendes de Andalucia
en las manos de Montoya.
Se recogio bien el habito
de una punta a la cadera;
lleanandolo de canela
- dos jaulas eran sus manos
dando a los pajaros suelta-,
y, a quiebros y a giros y
a todas las cosas buenas,
se echo a medir el tablao
de la fiesta.
Y, llevaba de sus genio,
en una de aquellas vueltas,
dio un volantazo tan grande
con su bata de estameña,
que por poquito porquito
me lo tira de cabeza
a su San Juan de la Cruz
que, lleno de mesticismo
como siempre estuvo, estaba
mirandola embobaito.
San Pedro, que siempre tiene
carita de mal humor,
desde la puerta miraba
serio a Dios , como diciendo;
!Esto no es serio , Señor!
Pero cuando don Ramon
hizo temblar en un tercio
toda el alma del bordon
San Pedro sintio que un aire
como un diablillo gitano
se le metia por las venas
y se le subia a los labios.
Y sin poder contenerse,
y sin poder remediarlo,
se echo palante , flamenco,
con una caña en las manos;
se echo el vinillo a la boca,
lo paladeo un buen rato,
carraspeo pa evitar
que le saliera algun gallo
( que no se por que san Pedro
le teme tantoa los gallos),
y entonandose primero
con un jipio bien largo,
puso el cielo al rojo vivo
con los tercios de un fandango:
- Con permiso de Dios,
y como premio a esas manos,
escrito queda en la historia:
desde hoy tendran los gitanos
entrada libre en la gloria,
Y cuando vieron los santos
que al embrujo de Montoya ,
el santo mas serio estaba
en lo mejor de sus glorias,
Cecilia dejo el piano
y San David tiro el arpa
y se pudieron a hacer
un repiqueteo de palmas.
Y mientras que, postineros
con su estrellita del brazo,
jaleaban los luceros,
bailo y canto como nunca
entre requiebros y oles,
la Merce por bulerias
y Chacon por caracoles.
Ebrias de gracia española,
las santas mas achinada
se sintieron glamenconas,
y hasta la Virgen Maria,
bonita como ella sola,
con la luna por peineta
y el sol por bata de cola,
se bailo por alegrias
en el tablao de la gloria
Precioso Poema de Manuel Benitez Carrasco
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